Publicado en Literatura

«Tercera Muchacha» de Agatha Christie (reseña)

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¿Qué sentirías si de repente entra en la habitación una joven que dice «creer» haber cometido un asesinato? Agatha Christie nos da una premisa simple para un gran misterio y es que, como decía cierto detective literario, los grandes enigmas suelen venir acompañados de los hechos más anodinos. ¿Será Poirot lo suficientemente perspicaz para resolver este caso? ¿O ya se encuentra demasiado viejo para cometer tales hazañas?

En este blog hemos reseñado varias obras de «la reina del crimen» y tras terminar la lectura vía Youtube (que os invito a escuchar en Sara Narraciones) tenía que plasmar aquí mis impresiones. A diferencia de otras obras suyas mucho más «cinematográficamente» famosas, Tercera Muchacha no ha transcendido como uno de los libros más culminantes de la carrera de su autora, aunque es cierto que fue adaptado para la serie inglesa y que ha sido leído por varios creadores de contenido. Quizás «El hombre del traje marrón» si era más desconocido, si lo comparamos con este, pero ambos tienen similitudes dignas de mención. En primer lugar, el inicio de la obra es confuso o, más bien, poco atrayente. Si no estáis familiarizados con las estructuras argumentales de Christie, es posible que no consigáis engancharos hasta ya adentrados algunos capítulos. Sinceramente, creo que la comicidad reinante entre la pareja de Poirot y Mistress Oliver hace que continúes la lectura, a pesar de la poca majestuosidad del crimen, ya que no sabemos si ha habido crimen o no.

Por otra parte, hay ciertos enigmas enlazados con el caso principal, cuyas resoluciones pueden ser «demasiado obvias». Este título pertenece a la última etapa novelística de Agatha, por lo que se intuye que intentó innovar con la hipótesis de una criminal que no sabe si lo es, y no tanto con la ejecución del delito. Esta teoría se mantiene en parte por la edad ya avanzada de los dos protagonistas, lo que provoca un eje de maniobra inferior en cuanto a la acción. Aun así, la presentación de los personajes, que constituyen arquetipos claramente diferenciables (como es característico en todas sus obras) juega con la empatía de los lectores y, por lo tanto, acabamos impactados con la revelación final del misterio.

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«El cuerpo no es una disculpa» de Sonya Renee Taylor (reseña)

Sonya Renee Taylor es una poeta, activista, divulgadora y fundadora del movimiento «El cuerpo no es una disculpa«, lucha social que da título a este libro.

Existen muchas obras enfocadas en la educación sobre el amor propio, la aceptación de uno mismo y el respeto a la diversidad. De hecho, yo misma os he reseñado varios libros al respecto, pero lo que hace diferente a la obra de Taylor es que no es un libro de autoayuda, sino un manifiesto creado para luchar contra la vergüenza corporal fuertemente arraigada en la sociedad, y que a muchos nos ha afectado (o sigue afectando) en el desarrollo de nuestros día a día. No me meteré en debates absurdos sobre si existe la gordofobia o no (claro que existe), solo quiero matizar que, aunque la autora tenga esa característica física, no quiere decir que hable solo del odio a la celulitis. Estamos ante una obra que nos alienta a romper con las cadenas que nos anclan en la tristeza de no ser un «cuerpo normativo» (término que odio), ilustrando sus ideas a través de testimonios reales de mujeres y hombres que crecieron con el trauma de no tener cabello o ir en silla de ruedas, y lo que ello supuso en la construcción de sus personalidades.

El cuerpo no es una disculpa es la voz unificada de todas esas personas que se resignaron a obtener los desperdicios que dejaba el mundo, por no creerse merecedores de algo mejor. El sexo manipulativo con una persona de movilidad reducida; una mujer negra queer con sobrepeso aterrada por subir una selfie a facebook o el maltrato físico silenciado para no quedarnos solos. Si, al igual que yo, habéis tenido que trabajar en una empresa con condiciones laborales infrahumanas, donde el pantalón del uniforme no os cerraba y teníais que poneros una goma de pelo para poder sujetarlo (sí, eso lo he vivido y tengo una 40 de pantalón, imaginaos una persona con una talla 48 o superior) este libro es un recordatorio de vuestros derechos. No sois inferiores, y no os merecéis ser tratados con asco por tener mucho pecho o marcas de acné. Sois seres maravillosos con un cuerpo que os permite disfrutar de la vida, sea del tamaño, forma o color que sea.

En este libro, también se nos otorga una serie de ejercicios a poner en práctica, para que al igual que los asistentes de sus charlas divulgativas, el lector pueda añadir la primera losa del camino hacía la aceptación corporal. Yo os lo recomiendo, y os aseguro que soy una acérrima opositora de los libros de autoayuda que solo venden ideas superficiales sobre la felicidad y el éxito. Este manifiesto es una conversación con personas que merecen ser escuchadas por primera vez, un encuentro entre amigas que han sufrido vergüenza corporal y que, por primera vez en su vida, quieren ser libres.

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«Ángel audaz» de Jude Deveraux (reseña)

Retomamos las reseñas de romance histórico que tanto nos gusta. Podríamos decir que hemos dado un salto atrás en la historia de este blog, donde mi «yo» consumidor de esta clase de géneros solo era capaz de hablaros de «clanes escoceses» y «duques increíblemente atrayentes»; sin embargo, el azar ha querido que descubra a una autora que lleva mucho tiempo en el mercado y que le da una vuelta de tuerca a todos estos clichés narrativos. Se trata de Jude Deveraux (pseudónimo de Gilliam White Montassir) y nos centraremos en analizar su novela Ángel audaz.

Pongo en contexto. El otro día pasé por enfrente de la biblioteca de mi localidad, una biblioteca escueta, pero en constante renovación y, debido a la falta de espacio, suelen poner un carrito con libros a 0.50 cent para recaudar fondos para el edificio. Yo he encontrado auténticas reliquias en ese carro. Esta vez me sorprendió ver una colección entera de Jude Deveraux. Ningún título me sonaba y como iba escasa de efectivo decidí escoger el libro aquí presente. No hay mucho misterio en su trama, me lo leí en un día. Se trata de la quinta entrega de la saga Montgomery (se pueden leer por separado), y cuenta la historia de Miles Montgomery, un joven noble que tiene la fama de ser el progenitor de todos los niños bastardos de Inglaterra. No hay una sola mujer que no caiga rendida a sus pies. Un día recibe como regalo a una joven prisionera que resulta ser la hermana de su mayor enemigo, no obstante, su amor por las mujeres va mucho más allá que las rencillas familiares, además, Elizabeth Chatworth es completamente distinta a cualquier otra dama, y es que ella le profesa un profundo odio.

No hay nada que parezca fuera de lo común, como ya he mencionado, pero debo reconocer que hay ciertos aspectos que diferencian esta historia con el resto de novelas que he leído, y es la credibilidad. Siempre diré que Julie Garwood es la mejor escritora de romance histórico por su trabajo minucioso de documentación, pero es cierto que la construcción de sus personajes es muy occidental y moderna, supongo que para adaptarse al público contemporáneo. Devereaux, te presenta a un protagonista de veinte años, con cuatro hijos bastardos, y a unos familiares que ven las violaciones como el pan nuestro de cada día, pero es que hablamos del siglo XVII, eso no era raro. Un protagonista casto y puro que espera a una mujer para venerarla en esta clase de contexto, no es tan creíble, aunque sí más romántico para nosotros. Creo que las malas reseñas de esta novela vienen en parte por el carácter mujeriego de Miles y la fácil capacidad de «enamoramiento» de Elizabeth tras haberle jurado odio perpetuo mil veces, no obstante, me parece que hay mucha verosimilitud con la época a la que se hace referencia, donde el mayor logro de una dama era poder casarse con un hombre de buena cuna que diese su apellido a los niños.

Por otro lado, he aquí lo que no me ha gustado: la falta de unión narrativa entre la primera y segunda mitad del libro. Me pasó algo similar con una novela de Garwood, pero a la inversa. En esta ocasión, el arranque de la historia está perfectamente estructurado, los personajes bien definidos, las subtramas relevantes a la línea argumental principal y el enfoque de la autora es claro y conciso, lo normal en esta clase de obras. Pero en la segunda parte cambia, hay una resolución del conflicto arbitraria e irreal. Elizabeth pasa de ser una mujer que aboga por su libertad, a una esposa obsesionada con el perdón de su marido, el cual se ha comportado como un idiota enloquecido por los celos. La fobia de la protagonista parece desvanecerse de la noche a la mañana, y para solucionar la batalla entra las dos familias, la autora añade otra trama secundaria más a la cazuela, con unos personajes poco construidos porque no le ha dado tiempo a formularlos más, y ya está…Se acabó.

Para resumir un poco, es una novela que se disfruta, tiene puntos que no se encuentran en otras autoras y que se agradecen, pero no es una historia de las que te agitan el corazón, ni de las que perduran en la memoria del lector durante años. Por 0,50 cent está bastante bien.